Por una prolongada exposición al sol, al calor, por hacer ejercicios en ambientes calurosos o poco ventilados, nuestra temperatura corporal aumenta y comenzamos con pérdida de agua y sudoraciones excesivas para nuestro correcto funcionamiento. Cuando nuestros sistemas de regulación fallan se origina una suba sostenida de temperatura corporal.
El llamado “golpe de calor” no solo puede presentarse de manera inmediata a la exposición sino que puede aparecer después de varios días.